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CAPITULO DOS
EL CULTIVO DE LA CAÑA DE AZÚCAR

Manufacturar azúcar es un procesos largo y complicado, se debe invertir tiempo para obtener la materia prima, la caña de azúcar. Crece en forma de vara delgada, muy parecida al bambú, de un color verde. Su pulpa contiene grandes cantidades de sacarosa, misma que al ser procesada se obtienen los cristales de azúcar, listos para el consumo humano. Su nombre científico es Saccharum officinarum y crece en las regiones tropicales y subtropicales donde encuentra los elementos necesarios para crecer.

Este proceso es agrícola y es necesario trabajar la tierra para obtener el mejor producto. Estas son técnicas ancestrales, el ser humano ha utilizado la agricultura para obtener comida o materias primas para obtener otros productos para su uso o consumo dentro del grupo. En el caso de la caña es materia prima para obtener azúcar, mieles y alcohol.

El inicio de los trabajos es preparar el piso para sembrar, se deben crear los surcos para trazar la plantación. Antes de ello es necesario nivelar el terreno por de esa manera se aprovechan mejor las capacidades de la tierra. La tecnología agropecuaria ha evolucionado bastante y en la nivelación de terreno se utiliza un sistema de láser donde los cortes se realizan con alta precisión.

Posterior a la nivelación del terreno el proceso continua en las tierras que tiene a su disposición y se hace la construcción de las vías de riego, drenaje y elaboración de surcos, labores previas a la siembra de la caña. Una vez concluida esta etapa, continúa la selecciona la semilla, se procede a la siembra y riego de germinación, actividades que se complementan con la aplicación de fertilizantes y sistemas para el control de plagas y de malezas.


Una vez tiene lugar la maduración de la caña entre los 12 y 14 meses, se procede a su cosecha también conocida como zafra. Se hacen siete frentes dispuestos para esta actividad involucrando la labor agrícola del corte manual de la caña. Hasta ahora es necesario contratar mano de obra humana debido a que es un proceso estrictamente manual. Una vez cortada se alza mecánicamente y se conduce a la fábrica por medio de un moderno y eficiente equipo de transporte, para dar comienzo al proceso de elaboración del azúcar.

La fase inicial es realizar un muestreo, pesaje y lavado de la caña. De ahí, el material pasa a las picadoras y los molinos. El bagazo resultante en la molienda se emplea en las calderas para la producción del vapor que será la base para generar la energía necesaria para la realización del proceso. El bagazo sobrante en esta etapa, es empleado en la industria papelera.

La caña que llega del campo en canastas y vagones, remolcados por animales y tractores respectivamente, se muestrea con una sonda mecánica oblicua para determinar sus características de calidad como contenido de sacarosa, fibra y nivel de impurezas. A continuación, la caña se pesa con básculas electrónicas y se conduce a los patios donde empleando un sistema de grúas se almacena a granel o se dispone directamente en las mesas lavadoras para dirigirla al conductor que alimenta las picadoras. Las mesas lavadoras cuentan con un sistema de boquillas aspersoras de agua que lavan la caña y remueven las impurezas evitando su entrada al proceso.


La caña lavada se transporta por un sistema de bandas conductoras hacia las picadoras, que son ejes colocados sobre los conductores, accionados por turbinas, provistos de cuchillas que giran a una velocidad de 650 r.p.m., bajo las cuales se hace pasar el colchón de caña, que se fracciona abriendo las celdas para facilitar la extracción del jugo que contiene. Los conductores están provistos de sensores de nivel que forman parte de un sistema automático de control de carga que regula la alimentación a las picadoras y molinos, para impedir la formación de tacos y además controlar la capacidad de molienda programada.


Por su parte, el jugo obtenido en los molinos, es pesado para continuar con el calentamiento, clarificación y filtración, procedimientos con los cuales se separan los materiales diferentes a la sacarosa que se encuentran en el jugo. Al evaporar este jugo se obtiene la meladura o jarabe que se conduce a los tanques de gran tonelaje, donde se procede a su cristalización para obtener posteriormente la masa cocida, que pasa luego a la centrifugación, donde el azúcar es separado de la miel.

La caña preparada por las picadoras llega al molino, constituido por varios juegos de 3 ó 4 mazas metálicas en medio de las cuales se hace pasar el colchón de caña y mediante presión se extrae el jugo que se recolecta en tanques. Cada molino está equipado con una turbina accionada con vapor de alta presión, un sistema de transmisión y reductores de velocidad. En el recorrido de la caña por el molino, se le agrega agua para aligerar los jugos y lograr extraerle el endulzante que contiene el material fibroso que pasa a través de todas las unidades que componen dicho molino.

El bagazo ya exprimido sale de la última unidad de molienda y se conduce a las calderas para que sirva como combustible para producir vapor de alta presión empleado para alimentar las turbinas de los molinos para lograr su movimiento y en los turbogeneradores para producir la energía eléctrica requerida por el ingenio para mantener la maquinaria funcionando.

El jugo que se extrae del molino se pesa en básculas, para luego ser calentado con vapor de alta presión en intercambiadores de tubo y coraza hasta una temperatura de 102-105 Cº y se dispone en tanques clarificadores de 65,000 galones de volumen cada uno y tres horas de retención, donde los sólidos no azúcares floculados por la alcalización y calentamiento se precipitan por gravedad en forma de un lodo llamado cachaza. El jugo clarificado se pasa por tamices finos para remover partículas y se envía hacia los evaporadores.

Los Iodos o cachaza contienen azúcar y para retirársela se someten a un proceso de filtración al vacío donde se separan los sólidos del jugo resultante. En el filtro se aplica agua caliente con boquillas aspersoras para minimizar la cantidad de sacarosa residual en la cachaza. La materia sólida se conduce por bandas transportadoras a tolvas para recogerla en vagones o volquetas, pesarla y disponerla en el campo como estabilizador de suelos pobres en materia orgánica.

El jugo turbio resultante se clarifica por flotación con ácido fosfórico, cal, y aire de tal manera que el jugo filtrado clarificado se mezcla con el jugo claro de jugo para enviarlo a los evaporadores y los Iodos sólidos no azúcares se retornan a la operación de filtración y se desalojan con la cachaza.

El jugo clarificado se recibe en los evaporadores con un contenido de sólidos de 15 %, se concentra por evaporación de múltiple efecto y se entrega con 60%. Este jugo concentrado se denomina jarabe o meladura. La estación de evaporación consta de cuatro líneas de evaporadores con un área de trabajo total de 243.000 pies cuadrados.

El material resultante que contiene líquido (miel) y cristales (azúcar) se denomina masa cocida. El trabajo de cristalización se lleva a cabo empleando el sistema de tres cocimientos o templas para lograr una mayor recuperación de sacarosa. Los cristales se separan del licor madre mediante fuerza centrífuga en tambores rotatorios que contienen mallas interiores. Durante el proceso de centrifugado, el azúcar se lava con agua caliente para eliminar la película de miel que recubre los cristales y se descarga para conducirla a las secadoras.

La miel que sale de las centrífugas se bombea a tanques de almacenamiento para someterla a posteriores evaporaciones y cristalizaciones en los tanques hechos APRA ese efecto. Al cabo de tres cristalizaciones sucesivas se obtiene una miel agotada o miel de purga que se retira del proceso y se comercializa para la alimentación de ganado y/o como materia prima para la obtención de alcoholes. El vapor de escape de las turbinas se emplea en las operaciones de evaporación y cocimiento de los jugos azucarados. El bagazo se puede emplear adicionalmente para las fábricas de papel o de tableros aglomerados.

El azúcar húmeda que sale de centrífugas, (1.0 % de humedad) se transporta por elevadores y bandas para alimentar a las secadoras que son tambores rotatorios inclinados en los cuales el azúcar se coloca en contacto con el aire caliente que entra en contracorriente. El aire se calienta con vapor en intercambiadores tipo radiador y se introduce a la secadora con ventiladores. El azúcar seco sale por el extremo opuesto de la secadora, donde se instala una malla clasificadora para remover los terrones de azúcar.

El azúcar seca (0.035 % de humedad) con temperatura cercana a 60 Cº se pasa por las enfriadoras rotatorias inclinadas que llevan aire frío en contracorriente, en donde se disminuye su temperatura hasta 40 - 45 Cº para conducirla a las tolvas de envase.

Ya como parte final del proceso el azúcar seca y fría se empaca en sacos de diferentes pesos y presentaciones dependiendo del mercado y se despacha a la bodega de producto terminado para su posterior venta al comercio. Así finaliza un procedimiento que al inicio fue agrícola y posteriormente industrial, es complicado pero ya es una industria con gran injerencia en la economía mexicana.

LA INDUSTRIA AZUCARERA MEXICANA

HISTORIA Y EVOLUCIÓN

El cultivo y procesamiento de la caña de azúcar en México se remonta al periodo posterior a la llegada de los españoles, ellos son quienes portan los conocimientos básicos para hacerlo. Es a partir del siglo XVI cuando de una manera rudimentaria y artesanal comienza a sembrarse la caña y a producir azúcar.

Es en el Estado de Morelos donde las haciendas comienzan a realizar el cultivo y su posterior proceso como actividad preponderante. Se organizan al aprovechar la tenencia de la tierra para hacerlo y la mano de obra esclavizada de los indígenas habitantes de la zona; quienes obligatoriamente deberían servir a los hacendados.

Al producir en serie y convertirse en un negocio lucrativo con capacidad de crear ganancias muy por encima del promedio lograron el apoyo del los poderes políticos del Virreinato y "de ahí que a principios del siglo XVII existieran en Morelos 15 ingenios de los cuales sobreviven únicamente tres". Tal cantidad de haciendas se conformaron en un sector cada vez con más influencia en la economía de la Nueva España.

Este núcleo de propietarios de las fincas, de arrendatarios de ingenios y de los comerciantes y consignatarios del azúcar se convirtieron en un sector consolidado hacia finales del siglo XVIII cuando comienza la Independencia de México. Aunque el sector sobrevivió con las rutas de exportación, creadas por los españoles durante el periodo posterior a la guerra independiente, este se disgregó y no evolucionó más allá.

Durante el régimen de Porfirio Díaz el apoyo a la industria fortaleció la economía del país y la industria cañera fue una de las primeras favorecidas con las nuevas visiones económicas. Los cambios se fincaron en la innovación y mejoramiento en la tecnología y así México pasó a ser un país industrial y no agrario como lo había sido. Esto permitió que los ingenios comenzaran a dispersarse por el país.

La modernización permitió ofrecer mejores precios, además de que la administración de Porfirio Díaz construyó una red de ferrocarriles que permitieron crear rutas de comercio dentro del país. Así la industria azucarera tomo un lugar importante dentro de las exportaciones que eran apoyadas en aquella época.

El movimiento revolucionario de 1910 detuvo los procesos económicos y la industria se mantuvo paralizada prácticamente, ya que fue en el Estado de Morelos, lugar donde se concentraban la mayoría de los ingenios, fue donde se gestaron varios movimientos que integraron la Revolución. Emiliano Zapata nació en el Estado y fue el líder del Ejercito del Sur que peleó contra la dictadura de Porfirio Díaz, en el mismo lugar donde los ingenios controlaban la tierra.

Es en 1921 cuando la economía comienza a estabilizarse de nuevo, aún sin alcanzar los niveles de 1910, pero comienzan a surgir sectores económicos generadores de riqueza y se reinicia el comercio exterior. "Sin embargo, para 1926 podía observarse que había triplicado su valor con respecto al que tenía en 1910."

Las crisis cíclicas de la industria se vieron reflejadas en la industria, era necesario crear un contrapeso a los productores de Morelos. "Para vender azúcares de Sinaloa, Nayarit y Colima fue (sic) creada en 1908, en el puerto de Guaymas, la Unión Azucarera de Sinaloa y en 1921 los azucareros de los mismos estados crearon la Sonora Comission Co."

Para 1928 el país comienza a tener calma después de la turbulencia revolucionaria y los industriales de la caña de azúcar se organizan y es en el norte de la República Mexicana que "los grandes jerarcas sonorenses crearon la Gran Central Azucarera del Mante, en Tamaulipas, cuyo objetivo era controlar la industria azucarera nacional." Pero no fue la única, "En 1928 se disolvió la "Sonora Commission" para reorganizarse con el nombre de "Realizadora de Productos Mexicanos", que controlaba azúcar en Sinaloa, Nayarit, Colima, Jalisco y "Potrero" de Veracruz."

En el régimen de Lázaro Cárdenas el reparto de tierras con la reforma agraria se convirtió en eje de su administración. Con ello algunos cañeros de morelos obtuvieron en posesión extensiones de tierra y así conformaron una serie de cooperativas como la de Zacatepec y del Mante. Durante este periodo presidencial se apoyaron cooperativas de éste tipo basadas en la reforma agraria.

La industria comienza a ser cada vez más compleja y las crisis no permiten evolucionar al paso que el país lo hacía y entonces es necesario crear un marco legal que permita mantener el abastecimiento de la materia prima. Así en 1943 (22 de septiembre) se lanza el decreto donde se especifica que los ingenios deben comprar toda la caña de azúcar producida en la región y no podían sembrar otra cosa que no fuera caña.

La industria comienza a tomar auge y con ello a producir cada vez más, elevando su cuota de exportación a grandes niveles. La revolución en Cuba permite que los Estados Unidos volteen a nuestro país para comprar azúcar, misma que rechazaban del nuevo gobierno en la Isla. Se establecen cuotas para su venta exclusivamente a los vecinos del norte, con ganancias para el país y los productores.

El ciclo que comprende de 1956 a 1967 es considerado el punto más alto de la historia al obtener niveles de producción muy altos. Pero también al final de este periodo comienza un deslizamiento hacia abajo de las cifras y nunca más se volverán a obtener los mismos estándares. Incluso la zafra se veía afectada al ir disminuyendo cada vez más.

El azúcar es considerado un producto con altos niveles de exportación y para el inicio de la década de los setentas era considerada de importancia primordial para la economía mexicana. El gobierno comenzó a otorgar subsidios a la industria azucarera, una crisis había afectado a la rama agrícola en su conjunto, los ingenios mantuvieron su producción; aunque no se regresó a los niveles de 1967.

La industria cayó en una crisis, ya que las ganancias eran mínimas sino que eran perdidas netas, para ello el gobierno absorbía todo ello. La evolución de la tecnología quedo para mejor ocasión y de esta manera para 1974, "estaban en operación 65 ingenios, de los cuales únicamente 16 tenían equipo moderno y 19 eran totalmente obsoletos."

La elevación de los costos de producción, la falta de atención de los productores para mejorar su oferta, bajo nivel de las exportaciones y la situación de conflicto existente entre sindicatos de cañeros e ingenios son problemas que afectan de grave manera la industria azucarera. La crisis de la década de los setenta fue la primera que conjunto las cuatro situaciones, popr esa razón fue necesario elevar su precio en el mercado interno.

Para 1975 la participación del gobierno en la industria azucarera total, ya que mantenía bajo su administración un total de 50 ingenios por 12 privados y 2 cooperativas. Un decreto que pertenecía a un proceso de reestructuración de la industria agregó al azúcar a lista de productos que tenían precios oficiales y de garantía pagados por el gobierno.

Hubo dos periodos muy diferentes en este proceso, uno (1970-1980) de amplios subsidios al sector agrícola en su conjunto donde los apoyos a través de Financiera Nacional Azucarera S.A. (FINASA) se incrementaron muy por arriba del promedio y un segundo periodo (1980-1985) donde se le redujeron considerablemente los apoyos gubernamentales. Además de comenzar a pagar los créditos a tasas comerciales bancarias.

En 1988 el nuevo gobierno federal cambió la injerencia del gobierno en la industria. Dio inicio a un proceso para privatizar los ingenios propiedad del gobierno y con ello cambiar la perspectiva del proceso industrial para fabricar azúcar a partir del cultivo de la caña.

2.2.2 PRESENCIA EN LA ECONOMÍA MEXICANA.

La industria azucarera mexicana, por historia de una de las más importantes del país. México tiene un ramo agropecuario con fuerza económica y dentro de él son los ingenios quienes tienen más importancia. Inclusive, según el llamado Decreto Cañero de 1991 es de interés público la industrialización de la azúcar. Por ello su participación es importante.

Cabría recordar que el procesamiento del azúcar necesita de tierras donde sembrar para cosechar caña para posteriormente manufacturar el endulzante. Por ello dentro de los indicadores de la economía mexicana es considerada dentro de los dos sectores, el agropecuario y el manufacturero.

El sector agropecuario, silvícola y pesquero en su conjunto representan un 5.5% del producto interno bruto general. Este sector es conocido como primario por aplicar procesos básicos para la obtención de la materia prima, son los más antiguos y no es necesario fabricar productos, son parte de la naturaleza y por ello sólo hay que administrarlos.

En el caso de la caña de azúcar incluye un proceso de conversión a azúcar refinada o estándar. Hay que tomar en cuenta la superficie de tierra que hay para sembrar, sólo así podrá haber estimados de cosecha. En el caso de la caña de azúcar, hasta el 30 de abril de 2002, hay 676,655 hectáreas sembradas del producto y un total de 528,575 ya cosechadas

Los datos de la zafra 2002 todavía no se encuentran listos, aún así los de 2001 permiten ver que se industrializaron 602,520 hectáreas de las cuáles se obtuvieron 44,478,654 toneladas de caña de azúcar molida para obtener 4,923,631 toneladas de azúcar, el rendimiento por hectárea sembrada es de 73.82 toneladas.

El mercado interno esta cubierto, las necesidades del país están cubiertas y los excedentes pueden ser exportados a otras naciones. La azúcar tiene una activa participación en el comercio exterior. En el periodo de enero a marzo de 2002 hubo exportaciones por un total de 27,719 dólares y la posibilidad de aumentar continua con la próxima zafra y posterior procesamiento.

El Tratado de Libre Comercio nos permite mantener exportar nuestros excedentes, ya que al ser una nación más favorecida, tenemos la capacidad de realizar ventas a otros países. El proceso para convertir la caña en azúcar es una situación histórica y la economía mexicana tiene a uno de sus puntales para comerciar sin necesidad de realizar importaciones de azúcar o cualquiera de sus derivados, la industria depende de ello.

2.2.3 SITUACIÓN ACTUAL Y PERSPECTIVAS.

La situación actual tiene como marco legal el llamado Decreto Cañero de 1991, entro en vigor el 15 de junio y declaró de interés público a la siembra, el cultivo, la cosecha y la industrialización de la caña de azúcar. En general la industria azucarera se tuvo que alinear a ciertas reglas, algunas nuevas y otras modificadas.

El gobierno había comenzado a vender los ingenios que mantenía bajo su propiedad y con ello surgió la Unión Nacional de Productores de Caña de Azúcar, que ya existía, pero ahora salía fortalecida con la conformación de grupos industriales al amparo de la privatización.

La crisis surgida de la venta de los ingenios paraestatales no permitía que la industria evolucionara y en 1993 se reformó el decreto para permitir que los precios del azúcar estándar fueran cotizados mensualmente y permitir a los diferentes grupos azucareros asociarse para aumentar la productividad.

El primer día de 1994 entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y la industria azucarera se vio dentro de las negociaciones del área agropecuaria. Inclusive los azúcares y los jarabes tuvieron un anexo especial y una fracción especial dentro de la lista de desgravación de los tres países.

En el artículo 708 del TLCAN quedan establecidas las definiciones de azúcar o jarabe y azúcar estándar. Cuando la azúcar es "mascabado o azúcar refinada derivada directa o indirectamente de caña de azúcar o remolacha, incluyendo azúcar líquida refinada" (jarabe).

Inclusive existen apartados especiales para el intercambio comercial entre los participantes del tratado, México se convierte en una nación más favorecida en la industrialización del azúcar. Por Ello Estados Unidos y Canada tienen un anexo particular en la comercialización del azúcar y sus productos.

El de mayor importancia es con el E.U.A., históricamente México ha sido el proveedor de azúcar. Desde la revolución cubana en 1959 se han debido buscar otras fuentes de comercio y con ello nuestro país tomo una buena posición. El Tratado libera los aranceles en un proceso que dura por los siguientes dieciséis años comerciales, sólo imponiendo topes de exportación: "(a) 7,258 toneladas métricas en valor crudo. (b) La cuota asignada por Estados Unidos a un país que no es Parte".

Estados Unidos cubre sus necesidades de azúcar al poder importar de otras partes sin generar conflictos con el libre comercio sin aranceles de los productos mexicanos.

Una nueva administración tomo posesión, después de una elecciones donde se votó por cambiar de partido en el poder y con ello los viejos y no resueltos problemas hicieron efecto en la nueva situación política.

El problema cañero continúa, los ingenios mantienen bajos niveles de producción, los cañeros no obtienen un salario digno. Las protestas comienzan a ser locales y regionales. Organizados llegan a la capital de país a exigir el pago por parte de los ingenios de 350 millones de pesos, es hasta el 1 de agosto que se firma el fideicomiso para resolver un conflicto que incluyó la toma de oficinas de Secretarias de Estado y la paralización de la capital del país.

Como resultado del conflicto cañero que abarcó varios meses de 2001 fue la expropiación de 27 ingenios por mala administración y un presunto desvío de millones de pesos en subsidios. Invocando que "el deber del gobierno federal era ordenar la industria del azúcar".

La aprobación de la Reforma Fiscal se convirtió en un asunto político de primer orden, el ejecutivo solicitaba una serie de aumentos en algunos productos y servicios. La Cámara de Diputados negoció hasta los primeros minutos del año 2002 una modificación severa a los planteamientos solicitados por el Presidente y su gabinete.

Uno de esos impuestos fue para la fructuosa de maíz un producto sustituto de la azúcar y utilizada, básicamente en la industria de los refrescos, cabría decir que es un producto que cabe dentro de la definición de productos del TLCAN y por lo tanto por cuyo su origen (E.U.A.) no puede tener gravamen alguno. Aún así fue un acierto, debido a que era necesario proteger la industria azucarera en crisis.

El gobierno federal debía sostener esta situación, ya que, por un lado acababa de expropiar 27 ingenios y era necesario mejorar su calidad y producción para poder venderlos a mejor postor. Por otro lado el Gobierno es garante de la industria azucarera por que de acuerdo al decreto de 1991 es de utilidad pública y debe ser resguardado por administración central.

La realidad no fue así, el ejecutivo, protegiendo intereses de la industria del refresco, vetó el impuesto por seis meses que finalizan en septiembre de 2002, justo después que termine la zafra del año y los cañeros comiencen a pedir sus utilidades.

2.3 LA INDUSTRIA AZUCARERA EN SINALOA.

2.3.1 HISTORIA Y EVOLUCIÓN.

Las crisis periódicas por las que atravesó la industria azucarera provocaron la organización regional de productores para evitar el colapso definitivo de la industria y así algunos propietarios del Estado de Morelos, que a principios de siglo representaban un fuerte porcentaje en la producción azucarera, intentaron organizarse en una asociación que denominaron "Asociación de Productores de Azúcar y Alcohol", pero no tuvo éxito y al poco tiempo se disolvió.

Para vender azúcares de Sinaloa, Nayarit y Colima fué creada en 1908, en el puerto de Guaymas, la Unión Azucarera de Sinaloa y en 1921 los azucareros de los mismos estados crearon la Sonora Comission Co. A fines de 1923, se comenzaron a habilitar las industrias de Jalisco y Veracruz, al ser trasladadas las maquinarias de los ingenios de Morelos a dichas entidades por haber sido destruidas la mayoría de las instalaciones de Morelos, por la lucha armada. Aún funcionaba la "Sonora Commission" cuando se organizó la "Cia. Comercial Comisionista" para vender los azúcares de Puebla y Veracruz, pero fracasó en 1926.

En 1928 se disolvió la "Sonora Commission" para reorganizarse con el nombre de "Realizadora de Productos Mexicanos", que controlaba azúcar es de Sinaloa, Nayarit, Colima, Jalisco y "Potrero" de Veracruz. En 1929 cambió su razón social por "Cía. Almacenadora y Realizadora de Azúcar, S.A.", la que actuó hasta principios de 1931. Por su parte los productores de Puebla y Veracruz habían organizado lo que llamaron "Agencia de Ventas del Sur", que igualmente operó hasta principios de 1931.

No obstante estos intentos, todas estas agrupaciones fracasaron y no pudieron resolver en definitiva la crisis. Las empresas iban a la quiebra, con cierre de numerosas fábricas de azúcar y con las consiguientes pérdidas de salarios, ruina de agricultores cañeros, créditos incobrables, pérdidas para el comercio y fisco y, lo más lamentable, miseria en las regiones cañeras, principalmente en Veracruz.

En esa época, finales de los años veinte, la calle de Mesones de la ciudad de México era el centro del comercio. Había corredores que iban de un establecimiento a otro llevando y trayendo ofertas de carros por entero de toda la mercancía imaginable: especias de Oriente (que perfumaban toda la calle) canela, azúcar, alcohol, fríjol, cebada, garbanzo, etc.

Era el mercado libre de México y las transacciones que se efectuaban diariamente representaban varios millones de pesos oro. La lucha armada, había quedado atrás, las heridas sufridas en el campo azucarero se restañaban. Poco a poco se fueron surtiendo los centros de consumo, tanto de azúcar como de alcohol y cuando finalmente llegó el alud de estos productos, se saturó el mercado.

Los comerciantes, al disminuir la demanda, bajaban el precio que daba el de enfrente y se estaban haciendo una competencia ruinosa entre ellos mismos. Este fué otro problema sumado a los ya gravísimos, que enfrentaban aquellos azucareros que desde su adolescencia habían aprendido a querer a la industria y que estaban dispuestos a defenderla a como diera lugar.

Sabían cuál era el camino: acudieron al general Plutarco Elías Calles en demanda de apoyo y consejo para sus problemas (así lo hacían en esa época funcionarios públicos, militares y políticos) y también le pidieron interviniera ante el gobierno, concretamente ante la Secretaría de Industria, Comercio y Trabajo, para que regulara la producción futura en relación con el consumo y se fijara un precio de garantía, para poder en esta forma asegurar los salarios y con estas medidas se pudiera evitar el cierre de ingenios.

El General Calles siempre había demostrado interés por la industria, ya que la conocía de cerca, pues su yerno, Jorge Almada, había heredado el ingenio "Navolato" en Sinaloa y les propuso conseguirles un crédito del Banco de México, a condición de que se asociaran para que todos juntos trataran de salvar a la industria de la aguda crisis por la que atravesaba y que era ocasionada principalmente por la depresión económica mundial, que repercutió fuertemente en México y ocasionó en 1931 un verdadero colapso en la industria azucarera, al grado de llevar a la quiebra a varios ingenios.

Esta decisión tomada por Calles ha permitido la secuela de un progreso agrícola industrial conducido por los gobiernos que se han sucedido. El día 6 de Enero de 1931 nace la Estabilizadora del Mercado de Azúcar y Alcohol, empresa a la que podemos considerar como la primera legalmente organizada y como arranque de la Unión Nacional de Productores de Azúcar, S.A. de C.V. Su capital inicial fue de cien mil pesos representados por un mil acciones, como sigue:

United Sugar Co 100 10,000

Cía. Manufacturera El Potrero 100 10,000

Ingenio San Cristóbal 100 10,000

Haciendas de Redo y Cía. 150 15,000

Ricardo Céspedes 100 10,000

Tomás de Rueda 100 10,000

Sucesores de Aguirre (Puga) 50 5,000

Harry Skipsey 50 5,000

J.R. Roane 50 5,000

Cía. Azucarera Almada 100 10,000

Ingenio Santo Domingo 50 5,000

Compañía Explotadora de Tuzamapan 20 2,000

Banco Nacional de Crédito Ejidal 30 3,000

El acta constitutiva fue hecha ante el notario 36 Antonio Rojo y fue la número 5048, libro 56, del día 6 de enero de 1931. Uno de los objetivos principales de esta empresa era recaudar la cuota impuesta por el gobierno de 20% para exportación de azúcar, la cual podía entregarse en especie para ser exportada a Europa.

Al existir una sobreproducción de azúcar, los industriales optaron por dos medidas; exportar por cuenta de masa común y aplicación de la pérdida de acuerdo con la producción de cada ingenio. La segunda, reducir la producción con el compromiso de destruir el 20% de sus cañas. Los compradores de los productos eran los comisionistas y ellos fijaban los precios a pagar.

El sistema de ventas era normal par la institución mercantil. El azúcar se vendía y se entregaba a los comerciantes a precios de mayoreo, dándoles plazos normales para el pago de sus compras. Los problemas resurgieron con mayor fuerza, volvió la competencia entre los productores. La situación se tornó grave para industriales, campesinos, obreros y en general, para la economía de las regiones productoras de azúcar.

Ante esta situación se decidió a finales de 1931 liquidar la Estabilizadora, liquidación que se terminó en septiembre de 1932 y con el importe de la misma y un subsidio otorgado por el gobierno se creó el Banco Azucarero (Hoy Confía), nombrando como gerente al Sr. Ing. León Salinas.

Con la intervención del gobernador de Veracruz, general Adalberto Tejeda, Ignacio Gastélum por Los Mochis, Enrique Skypsey y el Lic. Aarón Sáenz, con la representación del Gobierno, se creó Azúcar, S.A., según escritura ante el notario 47 Manuel Borja Soriano de la Ciudad de México.

Para llevar a cabo la constitución de esta empresa, la Secretaría de Industria, Comercio y Trabajo expidió en 1932 la Ley Reglamentaria del Artículo XXVIII Constitucional, sin que constituyera un monopolio la nueva asociación. Al mismo tiempo se formuló el Contrato de Suministro por una comisión presidida por el Lic. Manuel Gómez Morín para regir las relaciones entre productores y Azúcar, S.A., y garantizar el patrimonio de los primeros al hacer entrega de sus productos a la nueva empresa.

En el Estado de Sinaloa se mantienen trabajando tres ingenios que han sorteado décadas de crisis, pero aún así se mantienen dando trabajo a cientos de trabajadores y son parte fundamental en el engranaje económico de las regiones donde se encuentran.

En la actualidad, Sinaloa es un Estado donde la sequía ha hecho mella y si agregamos que la caída de los precios internacionales de la azúcar, entonces entendemos que ha sido una labor estoica no caer en la bancarrota. Aún así de les da empleo a casi 12,500 empleados de manera directa y si le sumamos los indirectos son cerca de 86,000.

2.3.2 PRESENCIA EN LA ECONOMÍA REGIONAL.

El Estado de Sinaloa se encuentra en el Noreste de la República Mexicana y tiene 2 536 844 habitantes con una Población Económicamente Activa (PEA) de 888 850 personas y del sector manufacturero un 15.6% son trabajadores directos de la industria azucarera.

Se encuentra dividido por 18 municipios y en tres de ellos se ubican los ingenios que soportan la industria estatal, en Navoloato esta el Ingenio La Primavera, El Dorado se encuentra en los alrededores de Culiacán y Los Mochis en la ciudad del mismo nombre.

El impacto de la industria azucarera en el Estado se puede dividir en diferentes aspectos, ya que la industria es grande y afecta a diversos sectores de la sociedad. Al crear trabajos la población puede vivir y tener poder adquisitivo. La industria regional se ve beneficiada por su ubicación y de esta manera surte al mercado del noreste del país; lamentablemente su capacidad de producción se ve afectada severamente por la crisis que los afecta.

El impacto social se analiza así, la industria azucarera le da sustento a casi 12,500 familias si lo traducimos a personas son cerca de 50,000 personas. Son empleos directos porque trabajan en el proceso de siembra, zafra, molienda, comercialización y administración. Sería de gran problemática que dejase de otorgar todos esos empleos.

La industria azucarera mercadea tres productos básicamente, el azúcar refinada y estándar, así como miel (jarabes de azúcar) y alcohol. Que representan ingresos para el Estado del orden de 780 millones de pesos, tan sólo produce cerca de 162,500 toneladas del endulzante. Sin contar que la industria se encuentra trabajando a un 60% de su capacidad, la obsolescencia de la tecnología y los problemas de descapitalización son los causantes.

El Estado de Sinaloa ha sido un productor de azúcar por excelencia y eso se ve reflejado en las cifras, el Producto Interno Bruto (PIB) del sector manufacturero le corresponde un 11.3% y de este un 15.7% lo genera la industria azucarera. En caso de un colapso la economía se vería severamente afectada y con ello generar problemas del tipo social en todas sus variantes.

La comercialización es un punto a favor dentro de la industria azucarera del Estado. Su ubicación geográfica le permite surtir del endulzante a otras entidades federativas que se encuentran alejados de las zonas donde se produce. Al norte colinda con los Estados de Chihuahua y de Sonora, incluye algunas zonas de Durango y por su colindancia con el Mar de Cortés puede transportar directo a la península de Baja California; o sea cinco Estados en total.

El Estado produce un total de 162,000 toneladas de las cuales son necesarias para el consumo estatal 57,000 y el resto es para comercializar con los mencionados Estados y aún así hay déficit regional de 234,000. Sí existiese la capacidad para producir más endulzante, habría un gran mercado para explotar, es necesario rescatar la total capacidad de los ingenios estatales.

2.3.3 SITUACIÓN ACTUAL Y PERSPECTIVAS.

La situación actual de la industria azucarera se encuentra en necesidad de evolucionar para aumentar la calidad y cantidad del azúcar a comercializar. No es algo fácil de resolver, debido a la grave crisis financiera que ataca a los ingenios. La descapitalización no permite innovar en los sistemas de producción.

El sistema bancario nacional mantiene detenido el crédito, es muy difícil encontrar fuentes de inversión nacionales. Por ello es necesario buscar una reestructuración de la industria, basados en la construcción de tecnología propia o modernizar los ingenios. Se debe de aprovechar al máximo las extensiones de tierra disponibles.

El gobierno mexicano ha hecho mucho por mantener la industria azucarera a flote, los problemas han sido variados. La cartera vencida es un problema que se ha arrastrado durante mucho tiempo, de hecho las perdidas bancarias en este rubro llevaron algunos a la quiebra y otros han estado siendo rescatados por el gobierno por miedo del IPAB (Instituto para la Protección del Ahorro Bancario), anteriormente conocido como FOBAPROA.

Los ingenios al encontrarse en difícil situación, ya que los subsidios no alcanzan para tener finanzas equilibradas, comienzan a tener deudas con los sindicatos de trabajadores, quienes al no recibir respuesta oportuna realizan protestas causando conmoción social, sobre todo en la capital de la República.

La innovación tecnológica debe superar este obstáculo, los grupos azucareros deben hacer un esfuerzo para aumentar la capacidad de producción. La gran mayoría de la maquinaria es obsoleta o con un alto nivel en el mantenimiento para mantenerla funcionando.

Se debe de tomar en cuenta que existe un mercado amplio con posibilidades de ser explotado a su máxima capacidad. El déficit en las necesidades de azúcar en el noreste del país mantiene grandes expectativas monetarias, incluso la cercanía la frontera de los Estados Unidos de América permitiría exportar a menor costo y mayor rapidez.

La industria azucarera puede ser tan redituable que con sólo tres ingenios es pilar fundamental en la economía estatal. Para el gobierno, por decreto, la industria continúa siendo de interés público y el gobierno a realizado las acciones consecuentes para mantener el mercado estable. Se mantienen dentro de la estructura de la Secretaría de Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación dos dependencias responsables de darle seguimiento y apoyo a los ingenios.

El Fideicomiso para el Mercado del Azúcar (FORMA) se preocupa por fomentar el intercambio comercial del endulzante y sus derivados. Debe darle transparencia y claridad a los precios, ya que puede ser un detonador social sino se hacen las ecuaciones adecuadas. Mantiene un panel de información que controla la información de los diferentes ingenios para aglutinarlos en un conjunto de cuadros donde se aprecie el comportamiento de los mercados y precios a nivel nacional. También es la institución garante de los procedimientos para cerrar operaciones comerciales de grandes volúmenes y también proporcionar acceso al financiamiento gubernamental.

El Comité de la Agroindustria Azucarera fue creado por decreto presidencial publicado en el Diario Oficial de la Federación con fecha 31 de mayo de 1991, con el objeto de concertar acciones, convenios, acuerdos, lineamientos, etc., así como fomentar buenas relaciones entre los sectores cañero e industrial y con funciones de coadyuvar al estricto cumplimiento del propio decreto y de todas las disposiciones que de el emanen.

También se encarga, entre otros aspectos, de fomentar la producción, la eficiencia y la productividad de la propia agroindustria y de elaborar sus estadísticas de campo y fabrica. En los dos casos son los entes institucionales que manejan y le dan garantía gubernamental al mercado de la industria azucarera.

El gobierno no puede dejar que la industria azucarera deje de producir. Representa una proporción bastante alta de la economía de algunos Estados de la República, incluso de la economía mexicana en su conjunto. La administración no permitiría que la industria tenga severos problemas financieros que impidan su correcto funcionamiento. Eso es una alentadora perspectiva, aunque sólo sea paliativa.

EL INGENIO DE LOS MOCHIS

IMPORTANCIA SOCIO-ECONÓMICA

El Ingenio Los Mochis se encuentra en la ciudad del mismo nombre y es la cabecera municipal de Ahome que se encuentra en la parte norte del estado a solo 27 kilómetros del puerto de Topolobampo. En total existen 359 146 habitantes de los cuales 200 906 son de la ciudad de Los Mochis. La población económicamente activa es de 75 455 que dicen tener un trabajo.

Su cercanía con el puerto de Topolobampo permite ser una zona donde confluyen carreteras y su comunicación con el resto del Estado es viable y rápida. La zona urbana es correspondiente a una ciudad mediana, que concentra los poderes municipales, con todos los servicios administrados por la presidencia municipal.

El Ingenio Los Mochis es parte importante de la economía de la zona. Parte de la sociedad local depende del ingenio directa o indirectamente. Su ubicación es Prolongación Vicente Guerrero  S/N, al norte de la ciudad. No sólo por la generación de empleos en la zona, sino por la derrama económica que representa ser un gran centro de trabajo.

Son varios los empleados necesarios para que un ingenio trabaje y produzca lo suficiente para ser parte de la economía. Los responsables y personal directivo son un grupo selecto, pero entre jornaleros, obreros y demás personal de campo pueden llegar a ser más de 5000. Además en la zona existen productores y campesinos dedicados al cultivo de la caña de azúcar, misma que es vendedida al ingenio.

PRODUCCIÓN

Los resultados de la zafra 2000-2001 dan a conocer que hubo un total de 22,256 hectáreas industrializadas para sembrar azúcar, de ellas correspondieron al Ingenio Los Mochis 11,168 hectáreas. El proceso permitió obtener un total de 954,003 toneladas de caña molida.

Obteniéndose un rendimiento de 85.42 toneladas de caña por hectárea sembrada, alto en comparación con la media nacional: 73.82 Toneladas por hectárea. Pero la producción de azúcar tiene ligeras variaciones, produjo en total 82,642 toneladas de azúcar en bruto con un rendimiento de 7.44 toneladas por hectárea, abajo de la media nacional: 8.19 ton/ha.

La producción de azúcar en bruto del Ingenio Los Mochis es de 621 toneladas por día. Aún así no se obtuvieron los índices esperados, debido a la perdida de tiempo, cabría decir que eso afecta en gran proporción las finanzas internas de un Ingenio. Si se considera que la capacidad real de la fabrica es de 7,173 toneladas, la producción se encuentra muy por debajo de este nivel. Aunque el tiempo perdido no pasó de un 8.20% quiere decir que la capacidad de la maquinaria esta sobre pasada y no se puede producir más.

AZÚCAR REFINADO

MIEL PRODUCIDA

TOTAL

82,642 Tons.

41,357 Tons.

Tons.

SITUACIÓN ACTUAL Y PERSPECTIVAS

La situación actual del Ingenio Los Mochis es para analizarse de manera profunda. La problemática financiera es la principal, Financiara Azucarera hace mucho detuvo la línea de créditos para la industria. El sistema bancario se encuentra en la misma situación, la problemática anterior con la cartera vencida han hecho que las líneas crediticias se encuentren detenidas. No hay financiamiento en una industria que lo solicita urgentemente.

Ante esto los productores de azúcar se ven en la necesidad de pedir prestamos a bancos extranjeros que los otorgan en dólares. La inestabilidad de la economía mexicana hace que se conviertan en operaciones peligrosas pero necesarias ante la necesidad de capital fresco.

Es un hecho que la industria azucarera es generadora de divisas para el país, los excedentes son exportados con prontitud a un precio internacional valido y retribuible a la producción. Aquí se debe de tomar en cuenta que el TLCAN permite comerciar directamente con los E.U.A. y el Ingenio Los Mochis se encuentra en una posición inmejorable. El reto es tecnológico con un ingrediente económico, mientras no se supere la barrera de las nuevas inversiones difícilmente la industria sobrevivirá a largo plazo.

Otro problema grave, no sólo a nivel regional sino mundial es la falta de agua, las sequías se han prolongado cada vez más, convirtiendo en zona de desastre a lugares productivos. Sinaloa no es la excepción.

La Ley de Aguas Nacionales no cataloga al cultivo de caña como perenne, sino como cultivo cíclico, de esta manera se restringe la corriente de agua para riego aún con las presas llenas. Debe de haber una modificación, ya que existe un déficit para regar las tierras cañeras.

Esta situación orilla a la existencia de un "mercado negro" de agua para abastecer las necesidades de la plantación. La corrupción en los procedimientos y actuar de los burócratas responsables crean la necesidad de proponer e implantar un reglamento para la operación de los pozos de riego y evitar malos manejos.

Otro problema que debe ser considerado en la problemática actual es la plaga conocida como gusano barrenador. Sinaloa es el líder de infestación del gusano y existen 3 diferentes especies que atacan directamente a la caña de azúcar. Los estudios para frenarla han sido prácticamente nulos debido a que son especies endémicas del Estado, por lo tanto los estudios realizados son para otras especies diferentes.

Debido a esta plaga las perdidas son millonarias, sólo en el Estado se pierden 100 millones de pesos en sacarosa destruida `por el gusano. Teniendo un tope en 1998 cuando se infectaron 21 mil toneladas de azúcar en la zafra correspondiente a ese año. Se comprobó que fue el 25% de las tierras las que se vieron infestadas por la plaga.

Al no haber un instituto que coordine los esfuerzos para erradicar al gusano barrenador de las cosechas de caña de azúcar se realizan actos individuales que no logran el objetivo. Los programas establecidos para el propósito se encuentran ubicados lejos de la zona y por esa razón no se investiga en forma dentro de las variables existentes en el lugar. Por lo tanto los intentos por combatir la plaga son infructuosos.

Es necesaria la intervención gubernamental, no sólo para erradicar al gusano barrenador sino resolver los conflictos de fondo. La creación de verdaderos institutos que permitan la investigación y florecimiento de la industria. La modificación de leyes es otro asunto pendiente es necesario clasificar los cultivos con una técnica de investigación y catalogarlos para ser surtidos de agua como la misma naturaleza lo solicita.

Pero el reto a superar es la innovación tecnológica, pero hay que ser consientes que los fondos financieros no son suficientes, de hecho, no hay por el momento en disponibilidad. Se debe de superar el problema financiero para aportar una cuota tecnología dentro de los ingenios y que estos dejen de ser obsoletos en cuanto a producción.

La perspectiva a futuro es difícil pero la industria azucarera a sobrevivido durante siglos y en situaciones mas duras. Ahora es necesario reorganizarla para que su producción se eleve y por lo tanto puedan existir utilidades decorosas para productores, cañeros ya a país en general, porque es pilar fundamental de la economía mexicana.

Toda esta información tiene derechos de autor por parte de la Universidad donde se presentó el examen profesional, usarla puede acarrear actos de piratería y fraude académico.

 

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